Los futbolistas profesionales deben entrenar para lograr mayor
resistencia, velocidad, agilidad y potencia. Para lograr optimizar su
rendimiento es necesario que los deportistas sigan un adecuado régimen
de alimentación y sobre todo hidratación para recuperar el agua que se
pierde durante el ejercicio. Estudios han demostrado que un futbolista
puede perder entre 1 y 4 litros de agua durante un partido y en
promedio, y desafortunadamente no reemplazan estos líquidos o reemplazan
como máximo el 87% de los líquidos perdidos.
El agua corresponde al 60 o 65% del peso corporal de un deportista.
Durante los entrenamientos y torneos los futbolistas pierden líquidos y
electrolitos importantes -como el sodio y el potasio- a través del
sudor, por tanto, sin una adecuada hidratación podrían enfrentar
episodios de deshidratación con el consiguiente desgaste físico,
mermando el desempeño del deportista.
Los especialistas recomiendan consumir líquidos durante el día,
además deben ingerir al menos medio litro de líquido dos horas antes de
cada entrenamiento y 250 mililitros adicionales entre 10 a 20 minutos
antes de ingresar a la cancha. Se recomienda además beber a intervalos
regulares cada 20 minutos durante el entrenamiento. Se debe considerar
además que las bebidas deportivas además de prevenir la deshidratación
permiten recuperar los electrolitos perdidos por la transpiración.
Cada deportista debe preocuparse por conocer su tasa de sudoración,
la cual varía según el individuo, clima, intensidad del entrenamiento.
Para tener una medida aproximada los deportistas deben llevar un control
del peso en gramos que pierden en cada sesión deportiva y llevar un
registro de la cantidad de líquido que consumen, para que puedan
determinar la cantidad de líquido que deben consumir tras culminar sus
entrenamientos.